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La Religión Cristiana

Según la Real Academia Española
Religión
(Del lat. religĭo, -ōnis).

  1. f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

Cuando vemos toda esa gente que visita las iglesias de todo el mundo llevando consigo todas sus cargas para poder presentarlas delante de Dios y vemos que, al salir de la iglesia, no logran mejorar su situación ni su estado de ánimo nos surgen algunas preguntas que deberían ser fáciles de responder.
Pero, ¿por qué no hallan respuestas en la iglesia si es allí donde se expresa la fe religiosa?
Justamente ese es el problema, “La fe religiosa”
Con muy buenas intenciones vemos que la iglesia se guía, tal como dice la Real Academia Española, por dogmas y creencias que no tienen mucho que ver con lo que Dios nos ha querido enseñar.
En otras meditaciones hemos comentado la forma en que funciona la iglesia de Cristo y lo que Jesucristo enseñó o al menos intentó enseñar.
Nosotros generamos esas reglas o dogmas que, incluso, algunos encuentran justificados en la misma Biblia. Pero ¿es lo que enseñó Jesús?
Jesús se tomo todo su tiempo para enseñarnos cómo obtener los beneficios de ser miembro del Reino de Dios aquí en la tierra, no cuando estemos en su presencia solamente.
Las diferentes religiones nos han llevado a buscar a través del sacrificio o la entrega de bienes, cuando no de vidas, el lograr ese estado que nos permita ingresar al Reino de Dios, pero siempre considerándolo como recompensa después de la muerte.
Hay quienes creen que la oración es decirle a Dios lo que deseamos y es correcto, pero orar significa “hablar con” y cuando alguien habla es porque hay alguien más escuchando y se establece un coloquio o charla. Lamentablemente muy pocos de los que oran a Dios se toman su tiempo para escucharlo y convierten la charla en un monologo donde Dios no tiene oportunidad de contestar.
Así se convierte a la oración, que debería ser una charla en la que Dios mismo tenga oportunidad de darnos instrucciones precisas para vivir mejor y disfrutar de las ventajas de pertenecer al Reino, en un monologo en el que, si logramos emocionarnos con nuestras palabras, puede que consideremos que Dios nos está escuchando y nos contesta y, sabe qué, El sigue esperando que le demos oportunidad para hablar.
Hay algunas religiones no cristianas en el mundo que creen fervientemente que lo más elevado que puede lograr espiritualmente hablando es ese estado de meditación profunda en que se logra desconectar la mente de la realidad que los rodea y así lograr el nirvana o estado de casi inconsciencia en el que creen estar en contacto con Dios. Esto tampoco es así. Más bien ese estado encierra el riesgo de vaciar nuestra mente y dejarla libre para que cualquier influencia extraña se apodere de ella.
Si llegaste hasta aquí me podrás decir “Y que tiene que ver con la religión cristiana”
Es que hago este paralelo porque lamentablemente todas o casi todas las formas de religión sufren de la misma enfermedad.
Deberíamos más bien darnos cuenta que no podemos poner a Dios en una caja como nos gusta a nosotros que somos algo así como microbios al lado de su grandeza. Pero aún así Dios está dispuesto a acercarse a nosotros, si se lo permitimos.
Las religiones son eso justamente, una caja en la pretendemos poner a Dios, guardarlo como si fuera el genio de la lámpara de Aladino, y al que nosotros le decimos cuando y donde debe actuar.
En cambio, Dios está dispuesto a compartir con nosotros toda su riqueza, tal como lo enseñara Jesús. El está dispuesto a compartir su Reino con nosotros.
Las más de las veces deberíamos tomarnos un tiempo prudencial para escuchar a Dios y no decirle nada y esa sería una oración realmente efectiva.
Pero volviendo al principio, cual es el problema de la “Fe Religiosa”
Es muy simple, es la fe en la religión, sea esta cual sea, la que nos pone en la situación de pedir y no recibir, asistir al culto, cualquiera que este sea, y al salir estar igual o peor que antes, sin respuestas, sin soluciones.
Jesús nos enseña a tener fe en Dios y la manifestación de esa fe no está dentro de un templo o iglesia si no en nuestras actitudes de vida diaria.
Si lográramos alcanzar el nirvana del cristianismo y no somos capaces de transmitir el amor de Dios a quienes nos rodean entonces estamos viviendo una mentira, eso también es “fe religiosa”
Jesús vivió 33 años mostrando lo que Dios le dio, es amor absoluto por la humanidad, hasta morir por ese amor.
Por ese amor, Dios nos hace parte de su Reino, no solo cuando estemos con El, si no desde ahora. Es Dios mismo el que se acerca a nosotros para hacernos libres y con esto herederos de un Reino que está dispuesto a compartir siempre.
Si tu problema hoy es una necesidad económica, afectiva, emocional o de salud, Dios tiene los mejores economistas, psicólogos, médicos, etc., en su Reino y, como miembro del Reino, tienes todo el derecho a recibir la guía y la ayuda que necesites en el momento que la necesites.
En realidad Dios no necesita de profesionales, El solo espera que creas en El y que pongas tu necesidad en sus manos.
La Iglesia de Cristo es un organismo no una organización.
La Iglesia de Cristo debe crecer a través de miembros que muestren el amor que Dios puso en Jesús y que El mismo mostró hasta morir en la cruz.
La Iglesia de Cristo somos todos los que pusimos nuestra fe en El.

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